Aparecieron “candados de amor” sobre el Paseo de La Costa y se encendió la polémica: ¿es una sana tradición de enamorados o un acto que contamina el Río Limay?
Sobre un puente a orillas del Río Limay en el Paseo de La Costa en la Ciudad de Neuquén aparecieron candados que reflejan sentimientos de amor por quienes los dejan allí a modo de tradición. Los elementos fueron fotografiados por vecinos y entonces comenzó la polémica: ¿es una sana manifestación simbólica o un acto de contaminación?
La costumbre proviene de diversas regiones del mundo como un acto romántico donde los enamorados expresan su felicidad y cariño. Se suele colocar en el candado el nombre de las personas implicadas, alguna frase en caso de requerirlo y luego se lo cierra para lanzar su llave al río. En este caso, la llave se pierde en las aguas el Río Limay.
De hecho, ya se pueden observar algunos candados en uno de los puentes del paseo costero sobre la calle Democracia, entre La Pampa y Avenida Olascoaga. Los primeros que se animaron pensaron en considerar la zona como un puente que “refleje su amor”, como sucede en muchas ciudades del mundo.
El caso más conocido es el Puente de las Artes sobre el río Sena en París, capital de Francia. Allí, los turistas sellan su amor con un candado y tiran la llave al agua. En el año 2014 esta costumbre provocó la caída de una de las barandas del Puente por la cantidad de candados acumulados. En 2015, la alcaldía de Francia decidió retirar los cerrojos del Puente de las Artes para subsanar el lugar.
Por esta razón, aunque se han hecho muy populares alrededor del mundo, tanto en otras regiones como en Neuquén sostienen que el hecho de agregar todas esas cerraduras de metal a un puente que fue construido para sostener y llevar un cierto peso determinado crea daños estructurales que pueden ser peligrosos.
Además de los daños en la infraestructura, otro de los problemas es del factor ambiental a considerar. Las personas, después de colocar sus candados, arrojan su llave al agua, por lo que la contaminación por óxido llega a la fauna local e incluso a los desagües.
Fueron vecinos de la Ciudad de Neuquén quienes a partir de la difusión de esta incipiente práctica en redes sociales por jovenes, comenzaron a plantear la polémica sobre si se trata de una buena práctica tradicional o más bien un acto en donde no se tiene conciencia del impacto estructural y ambiental que pueden provocar.