Crítica: “Sueño Florianópolis”, la familia de vacaciones
omos muchos los argentinos que conocemos Brasil y fundamentalmente Florianópolis. Por la belleza de sus playas, la buena atención de los ciudadanos, la cercanía a Buenos Aires y su menor costo para viajar y hospedarse, su música, su cultura extrovertida, sus carnavales y miles de atractivos que nos acercan tanto, que terminamos enamorados hasta de su acento idiomático.
Todo esto y mucho más es lo que nos une con Brasil. A tal punto que quedamos “enganchados”. Sea con un trabajo, un contrato artístico o con una nueva pareja. Y todo esto es recíproco. A veces me da la sensación que nuestros caracteres como pueblo se complementan. Nosotros somos más introvertidos, tangueros, nostalgiosos, melancólicos. Extrañamos hasta los adoquines de Buenos Aires.
Y de esto se trata la película. La elección de un lugar para vacacionar y reflexionar sobre la pareja, la familia y los hijos. Todos juntos eligen viajar en el coche de la familia. Los que ocupan la función de padres son Lucrecia y Pedro (ambos psicoanalistas) y sus dos hijos rezan la edad de la adolescencia. Los padres (luego de décadas de matrimonio) están técnicamente separados hace dos años (propio del vocabulario de esta profesión).
Marcos es el brasileño que le alquila la casa de veraneo. Larissa, ex novia de Marco se hace amigo de la familia, mientras que Marco promueve la consciencia sobre la vida corta y el disfrute del presente. Se acorta la distancia afectiva de Lucrecia por Marco y vivir una aventura sexual. Entre los paseos acuáticos, cantobar y los romances cruzados contaminan a los hijos, que aprovechan para vivir nuevas experiencias. Estas vacaciones líquidas, las denomino de esta forma porque presentan características similares a los líquidos: inestable, falta de conexión, carecen de una forma definida, es fluida, cambiante, caótica. Las relaciones de pareja líquidas suelen ser fugaces, abiertas, sin compromiso, frágiles, dejando atrás los vínculos sólidos (predecible, estable) e inspirando un sentimiento de inseguridad y potenciándose los conflictos entre padres e hijos. Todos se separan para explorar sus sentimientos y la imagen de si mismo, versiones que el final de la película descubre.
Conociendo Florianópolis y su extraordinaria belleza, su variedad ciudadana, donde uno se encuentra con pescadores, estudiantes de universidad (hay una universidad en el centro de la ciudad, turistas de todos los lugares del mundo, manifestaciones folclóricas, canto, música, simpatía, etc.) no me cierra que la producción y su directora no hayan dado la suficiente importancia a la fotografía, al contexto turístico y a la música, aspectos que hubieran aumentado la valorización periodística.
Valorización: 3 de 5
HECTOR JOSE
Comentarista-Escritor
“VILLA LA ANGOSTURA, DE LA NATURALEZA AL CEMENTO” (2018 – ED. AUTORES DE ARGENTINA)
Obra presentada en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires