Incorporan un nuevo horno pirolítico para procesar residuos patógenos
La ciudad de Neuquén contará con un nuevo horno pirolítico de última tecnología y con capacidad para procesar hasta 160 kilos por hora de patógenos provenientes de centros hospitalarios y clínicas privadas, laboratorios, consultorios odontológicos y médicos, y veterinarias.
Este horno es el primero de un plan integral que incluye otro horno al lado de la nave nueva, también para el tratamiento final de patógenos, que son catalogados residuos peligrosos.
Comenzará a funcionar en el transcurso de un mes en Parque Industrial de Neuquén, inmediatamente luego de que concluya el proceso de certificaciones obligatorias. Tiene la particularidad de que al final de la combustión emite agua en forma de vapor, es decir que minimiza las emisiones de gases a la atmósfera.
“La Municipalidad de Neuquén, de las más de 2.200 municipalidades de la República Argentina, claramente tiene un proceso de tratamiento de residuos que la pone al tope de las mejores ciudades en materia de cuidado ambiental”, rescató el secretario de Gobierno y Coordinación Marcelo Bermúdez.
Precisó que en la capital neuquina se procesan alrededor de 50 toneladas de patógenos al mes, y sostuvo que la incorporación tecnológica que hizo el grupo empresario Cliba-Tecsan para la prestación del servicio “es un salto de calidad”.
“Es un trabajo que está integrado a lo que es el Complejo Ambiental Neuquén, donde llevamos todos los residuos domiciliarios. Ahí tenemos una planta de reciclaje. Antes enterrábamos toda la basura. Hoy parte de esa basura se recicla y vuelve a ser consumida por la sociedad, con lo cual nuestras cavas tienen más longevidad. Y en cuanto a patógenos y residuos peligrosos que no deben ser tratados en el CAN sino acá aumentamos la tecnología y aumentamos la cantidad de toneladas que podemos procesar”, sintetizó el funcionario.
Por su lado, Silvia Gutiérrez, subsecretaria de Medio Ambiente, explicó que de lo que se trata es de “una innovación tecnológica impresionante para el tratamiento de los residuos patógenos de la ciudad, que venimos haciendo de manera continuada por tratarse de un desecho que debe atenderse diariamente”.
De los beneficios que conlleva mencionó “la certeza de que ambientalmente las condiciones de operación del horno están superadas ampliamente, o sea, que están cumpliendo los requisitos que marca la normativa y están preparados para en el caso de que la ciudad necesite aumentar la cantidad de generación de patógenos”.
Santiago Berríos, responsable de Seguridad e Higiene y Calidad y Ambiente de Tecsan, comentó que el horno “es la última tecnología disponible” y que “fue instalado hace 20 días. Lo que hicimos en ese proceso fue ajustar todas las variables para empezar a hacer las primeras pruebas para la realización de los análisis y operar luego de obtener los resultados”.
Explicó que básicamente cuenta con dos cámaras que se complementan con un proceso de lavado de los humos: La primera cámara tiene una temperatura de 750 a 800 grados, la segunda 1.200 grados, y eso hace que la combustión sea casi completa y todo lo que se libera después de que pasa por el tren de lavado de humos, es agua en forma de vapor.
“Esto nos da la certeza de que las emisiones de gases a la atmósfera están siempre por debajo de los límites que la autoridad de aplicación entiende como necesarios”, corroboró el objetivo.
Acerca de la cantidad que puede procesar, indicó que varía en función de la calidad y/o características que tienen los residuos. “El patógeno, al tener distintas calidades que tienen que ver con el porcentaje de material orgánico e inorgánico, cambia mucho”, señaló.
No obstante estimó que “los patógenos provenientes de instalaciones sanitarias y que tienen un alto valor calórico, se puede llegar a procesar entre 120 a 130 kilos por hora, y cuando es orgánico puro, es decir, cuando son animales que provienen de Zoonosis y tienen mucha carga orgánica, la carga puede aumentar hasta 150 o 160 kilos por hora”.
Berríos anticipó la incorporación de un segundo horno para tratamiento de patógenos con una inversión aproximada de 400 mil dólares entre horno y estructura.