Recién llegado a la Argentina, el joven cipoleño Tomás Fuentes cuenta su experiencia en el Campamento Espacial de la NASA: fue elegido para viajar a EE.UU. junto con 49 alumnos de todo el país
El 22 de septiembre arribaron al Campamento Espacial de la NASA en Estados Unidos 50 jovenes estudiantes de todo el país que fueron seleccionados entre más de mil postulados. Diario Neuquén dialogó en exclusiva con Tomás Fuentes, el joven cipoleño elegido que logró ser elegido para viajar al programa de Academia Especial Avanzada y vivió allí una experiencia inolvidable.
Recién llegado a la Argentina el pasado 28 de septiembre, Tomás vivió en primera persona y junto a sus compañeros de diversas regiones la preparación de los astronautas en diversas actividades educativas, científicas y de entrenamiento en el U.S. Space & Rocket Center en Huntsville, Alabama.
Entre los 50 alumnos de escuelas secundarias de distintos lugares del país, chicos de Cipolletti, Neuquén, Fernandez Oro y Junin de los Andes contaron con la oportunidad única de vivir la preparación para una carrera universitaria y profesional a través de una experiencia de inmersión en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
“Fue una experiencia increíble. Aprendí muchísimo de la experiencia en conjunto. Tanto la historia espacial que nos enseñaban, así como funcionan distintas partes de algunos motores que tiene el establecimiento”, cuenta aún emocionado Tomás, alumno de la escuela colegio CET 30, y agrega: “Lo mejor de todo fueron mis compañeros. Los argentinos, los australianos, los estadounidenses que estaban en el campamento hicieron que sean un viaje inolvidable”.
El “Space Camp” o “Campamento Espacial” de la NASA fue creado en 1982 para inspirar y motivar a jóvenes pioneros espaciales. La beca a la que se hizo acreedora fue dada además a otros 49 adolescentes de entre 15 y 17 años, de acuerdo con la convocatoria del Programa Space Camp para jóvenes 2019, de la Embajada de Estados Unidos, con motivo de cumplirse el 50 aniversario del alunizaje del Apolo 11, que tuvo lugar en julio de 1969.
Entre miles de inscripciones de todo el mundo, Tomás fue uno de los 50 convocados tras sortear una serie de exámenes con exigencias técnicas, de ciencia y del idioma inglés. Los costos fueron cubiertos por la Embajada y solo debió hacerse cargo de los gastos personales y la emisión de pasaportes.
“Tenía que escribir tres ensayos en inglés, unos explicando quien soy, en otro explicando algún proyecto que haya hecho o que me gustaría realizar y en el tercero debía explicar que atributos estamos desarrollando nosotros para ir a marte en la década del 2030, que es el proyecto que está ideando la NASA”, explica Tomás.
Secuencia del viaje
Tomás, junto con sus compañeros, inició su travesía el martes 17 de septiembre cuando llego por la mañana a Buenos Aires. Desde ese día hasta el sábado 21 del mismo mes conoció a los demás chicos y visitó distintos atractivos infaltables de la Ciudad, como el Teatro Colón, el Planetario y el Centro Cultural de La Ciencia. Además, Marcos Peña los recibió en la Casa Rosada.
“En Buenos Aires nos conocimos y nos adaptábamos a los cambios que implicó nuestro viaje”, detalla Tomás. “Por ejemplo, cenábamos a las ocho de la noche para familiarizarnos con las costumbres estadounidenses y llegar más preparados”, relata.
La semana que vivió Tomás en Alabama junto con los demás alumnos fue muy satisfactoria. Primero, hubo un entrenamiento de los astronautas a través de una variedad de ejercicios, luego desafíos de ingeniería y actividades de formación de equipos que culminarán en una simulación de una misión espacial de duración prolongada.
Entre las actividades, recibieron entrenamiento de buceo, experimentaron en un entrenador multi-eje, construyeron y lanzaron un cohete a escala, probaron un simulador espacial de una misión a Marte y fabricaron un escudo térmico y un Rover.
El Campamento Espacial y un sueño que comienza
“Quiero estudiar ingeniería en software, pero me di cuenta de que los programas espaciales necesitan a todo tipo de profesionales. Médicos, psicólogos, incluso abogados… entonces quiero seguir por donde yo quiero, el desarrollo del software, pero enfocándolo en los programas espaciales”, manifiesta entusiasmado Tomás.
El viaje al Space Camp en Alabama, Estados Unidos, marca sin duda un antes y un después en la experiencia de los 50 jóvenes argentinos y diversos alumnos alrededor del mundo que lo visitaron. El sueño de Tomás ya comenzó: continuará formándose en ciencia y tecnología, para volver allí como un profesional con ideas innovadoras propias de su juventud.