De Caracas a Teherán: cómo se consolidó la producción conjunta de drones

La relación bilateral incluye vuelos directos, acuerdos energéticos y presencia militar que despierta alertas en países vecinos.

14 de noviembre de 2025Redacción Diario NeuquenRedacción Diario Neuquen
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La presencia de Irán en América Latina tiene una historia extensa, especialmente en su vínculo con Venezuela, donde la cooperación se fortaleció en los últimos años. La alianza, que comenzó con acuerdos políticos y comerciales, hoy abarca áreas sensibles como la fabricación de drones, lo que reaviva el debate sobre su impacto en la región.


Los lazos entre ambos países se consolidaron durante el gobierno de Mahmoud Ahmadinejad, cuyo acercamiento con América Latina impulsó acuerdos estratégicos con líderes como Hugo Chávez. Desde entonces, Teherán amplió su influencia mediante visitas oficiales, intercambios comerciales y proyectos militares que generaron inquietud por el avance tecnológico compartido.


Bajo el liderazgo de Nicolás Maduro, la alianza se mantuvo e intensificó, impulsada por las sanciones internacionales y la necesidad de nuevas fuentes de financiamiento. En este contexto, Venezuela desarrolló y modernizó drones como los ANSU-100 y ANSU-200, dispositivos vinculados originalmente al modelo iraní Mohajer-2 y ahora ensamblados o diseñados con supervisión iraní.


El escenario regional se vuelve más complejo ante estos avances, sumados a acuerdos militares, vuelos directos entre Caracas y Teherán y la presencia de empresas iraníes en sectores estratégicos. Informes de inteligencia advierten sobre la posible actividad de agentes extranjeros, incluidos aliados de Irán, que operan con documentación venezolana y representan un riesgo para la seguridad democrática de países vecinos.


En el ámbito militar, Venezuela pasó de no tener industria bélica a producir sistemas propios o derivados de tecnología iraní. Entre ellos se destacan los drones Arpía 1, Mohajer-6 y Zamora V-1, utilizados para vigilancia, reconocimiento y combate. Estos desarrollos posicionan al país como un nuevo fabricante regional de armamento no tripulado con proyección estratégica.

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